La dieta en la travesía

Nuestra alimentación se vio limitada por un factor determinante: el espacio. Transportar alimentos para tres personas y 28 días en las bodegas de nuestros pequeños kayaks no fue fácil, y requirió de toda nuestra imaginación. La mejor solución fue preparar raciones selladas para tres personas cada una, de modo de facilitar las tareas y de no tener que volver a empacar cada vez que comíamos.

Usualmente hacíamos dos comidas en tierra -desayuno y cena-, y durante las horas de navegación nos manteníamos con distintas raciones que siempre llevábamos en los chalecos salvavidas: Power Bars, chocolates, frutas secas y deshidratadas, caramelos y pastillas de glucosa. La idea era tener alimentos de fácil digestión y alto contenido energético que se pudieran ingerir sin abandonar las embarcaciones. Las combinamos con sopas instantáneas, que demostraron ser un óptimo complemento.

Para el desayuno, calculamos raciones individuales de 50 gramos de leche en polvo, 30 gramos de chocolate en polvo, 30 gramos de azúcar, 40 gramos de galletitas dulces y algo de miel o dulce. Para la cena preparamos cinco variedades de menúes ricos en hidratos de carbono, fibras y sales minerales. Tratamos de respetar nuestra dieta habitual para no tener problemas digestivos, variamos los platos para evitar el tedio.



Fotos: Pablo Basombrío (primera) | Pablo Basombrío |

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